viernes, 18 de julio de 2008

La filosofía según Dans 1

La cosa suele ser así: alguien te pregunta que estudias, le dices que filosofía y , en principio, qué bonito, me molaría estudiar eso, debe ser muy bonito, bla, bla, patatín, patatán, etc, ieja y demás; pero luego (ay, luego) viene lo de "pero a vosotros no os animan a pensar por vosotros mismos", "pretendes vivir del cuento", "para qué sirve todo eso" y, mi favorita, "¿cual es tu filosofía de vida?" y allí es cuando decepionas al personal porque si responde (en mi caso con gritos de desconcierto) a las otras preguntas con ciertas dosis de indignación, medio real medio ficticia, se interpreta como el que barre para su propia casa, el que intenta retorcerse del abrazo de la boa constrictor del sentido común frente al sinsentido del discurso filosófico; vamos que si contestas jo qué gracioso como se pone, bleble, patatín, etc de nuevo.... Pero si no tienes una filosofía de vida no te perdonan. Porque así ya no es un simple capricho estudiar autores que no valen para nada, cuestiones que no llevan a nada, andrómenas de viejos desocupaos (ésa es buena, eh?). Si no sacaste una conclusión vital aprovechable has cometido un delito, un flagrante delito ya que todo el dinero y tiempo invertidos no te han servido ni para adquirir rodaje, ni para ir sobre seguro, para decir "aljo aprendín". Ahí es cuando termina el sueño de la vida contemplativa para entrar en la pesadilla de lo parasitario.

Algún día comentaré por qué la falta de interés en la filosofía es un hecho sintomático de crisis social, de crisis muy concreta en el contexto de la sociedad de la información, no su aspecto más importante, pero de gran claridad para un médico social. El caso es que no se sabe lo que es la filosofía. La gente se debe de creer (digo yo, si no no se entiende) que hacer filosofía tiene que ver con reunirnos en un sitio para celebrar la unión del cosmos, hacerse jipi o inventarse una versión más complicada del paraíso y venderlo como un hecho irrefutable. Filósofo se le llama a veces al poeta, al que hecha las cartas o simplemente al que tenga, puntualmente, la inquietud de volver a preguntarse algo como si fuera la primera vez que piensa en ello. Este último caso es, desde luego, el más cercano a la realidad, pero la sociedad no puede valorar esta posición como una "filosofía de vida". Si te paras a pensar, no funcionas. Esto se lo puede permitir, y hasta se celebra con regocijo, el trabajador que en mitad del laburo haces sus reflexiones ante los demás alcanzando una "entrañable" popularidad y fama de sabio despistado y demás tópicos. El campesino gallego realizaría esta estrategia por medio de la "retranca", y se le identificaría con el filósofo no sin cachondeo, dejando bien claro que el salir de los problemas cotidianos y preguntarse por otros de espectro más amplio es una pérdida de tiempo. Y, en cierta forma, es verdad. Sin embargo pocas veces se suele criticar las pérdidas de tiempo cotidianas. El fútbol, las videoconsolas, la tele, las tragaperras, el sexo, y todo lo que hacemos por sí mismo, no pensando en un producto, es, en estos términos, una pérdida de tiempo. Al ser un fin en sí mismo sólo el practicante tiene derecho o posibilidad de sentirlo como pérdida de tiempo. Se podrá decir que una cosa es lo que haces en tiempo de ocio y otra cómo te ganas la vida. La actitud filosófica (pues de una actitud estamos hablando) no es productiva, no crea nada que pueda aprovecharse para la vida, entendida como supervivencia. Es cierto. Un ingeniero diseñará una planta eléctrica que aportará energía para múltiples actvidades vitales. Un filósofo puede aportar a la cultura material, a lo sumo, un libro. Un libro que, una vez leído, no nos podrá servir para mucho. Pasa algo parecido con la música, el fútbol, la cerveza y, en fin, todo aquello que consumimos para nada más que consumir.¿Entonces si la filosofía es tan útil como esas cosas inútiles que tanto nos gustan, a las que solemos dedicar más tiempo, las que, para que negarlo, constituyen el contenido específico de nuestras vidas, las actividades fin (frente a las actividades medio), por qué está tan denostada en la sociedad del bienestar y del ocio?
Creo que son dos las razones principales: 1) se entiende la filosofía como una actividad aleccionadora, como una versión más demagógica si cabe de la religión. Sería más demagógica porque apelaría a la razón en lugar de la fe. Por esta razón se la considera dogmática, como de irrefutable veracidad. De esto tiene mucha culpa los regímenes políticos de ideología elaborada como el fascismo, el capitalismo y el liberalismo. Se desconfía de razonamientos, de teorías, que por racionales sean irremediablemente universales. Se considera un delito a la libertad. 2) La filosofía, como veremos en la próxima entrega, es, en su esencia más propia, crítica y, como tal, un peligro social. La sociedad necesita valores fuertes. La filosofía no respeta, a priori, ningún valor social, la crítica no hace concesiones. La actitud filosófica es la enemiga de las sociedades masificadas ya que un colectivo grande y complejo sólo puede funcionar con la aceptación de reglas inamovibles. En un supuesto estado de derecho la crítica puede ser el fin de la civilización, pues paraliza la sucesión necesaria de acciones productoras. Filosofía es sindicalismo, contestatarismo, reconstitucionalismo, historia, indignación, abstención, insubmisión, libertarismo, comunismo, anarquismo y todo ismo que revolucione mentes y ataque los intereses de las minorías y grupos de presión.
Esta es la paradoja sobre la que nos movemos. Por un lado se denosta al filósofo por dogmático, y por otro lado, por crítico. Para el ignorante (como sinónimo de desinformado, no sus penséis mal) la reflexión filosófica es un peligro absurdo y, la mayoría de las veces, inexplicable. Y es que... ¿por qué la filosofía? Eso lo veremos en la segunda entrega de esta serie de artículos aprobados por la "Administración de la verdad" fundada por nuestro gran líder el Barón Von Doom. Que él sea contigo. Excelsior!!!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

y qué?

Haciendo Amig@s dijo...

Y qué duro se me hace leer esto con resaca. Pero aún así me lo he leido.

Que no nos aplaste la banalidad de la existencia y nos impida alcanzar la verdad, aunque sea a través de las brumas del alcohol y de las metagilipolleces varias de una sociedad de alienados. Y perdón por lo de alienados.

Mi blog, estimado filósofo mutante del espacio exterior.

http://makingamigos.blogspot.com/

Y Hardboiled mola. Coño.

javi dijo...

Buenas reflexiones Cuev!!!!!